Gatito mío, monito mío, ratonciño, amado compañero, dulde vidiña, amorcito mío, amigo del alma, ratoncito mío, amigo y compañero, querido amigo, fachina amado, mi bien, bobito, nenito, cielo feo, felicidad mía, cariño mío, mi dulce bien, mi vida. Así y con muchísimos otros apelativos llamaba en sus cartas Emilia Pardo Bazán a su amado Benito Pérez Galdós. En alguna se despedía: Peinetita, que te besa un millón de veces el pelo, los ojos, la boca y el pescuezo. Soy tu ratita que te ama. Soy tu siempre enamorada. Adiós, ratoncito. En cuantique te vea te como.
"El libro Miquiño mío, cartas a Galdós es una gozada"